Los colores intensos y la expresividad que caracteriza la tradición mexicana llegaron en el mejor de los modos a Italia, con una buena dosis de coraje y una abundante porción de buen humor.
Paola González Salazar, es la abogada jalisciense que enamoró a los telespectatores de Bake off Italia, dolci in forno, y conquistó a los más renombrados jueces de la pastelería italiana, demostrando que mantenerse fiel a sus orígenes es la receta ganadora, vaya como vaya.
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Obviamente, la pastelera aficionada tuvo que abastecerse de los ingredientes necesarios para poder superar a los cerca de 5 mil aspirantes al format televisivo de gran éxito. Talento y determinación, encabezan la receta de Paola, pero su mexicanalidad fue la clave. Y justamente fue el multicolor de las faldas jalisqueῆas representadas en una torta de frutas que le abrió las puertas de Bake off Italia, junto a 16 participantes.
Un gran reto que Paola afrontó con la misma determinación que desde pequeῆa cultivó en su Jalisco querido. El trabajo duro y continuo, como se acostumbra en los países de América Latina, no era problema para Paola que comenzó a los 10 aῆos como ayudante en una frutería por 10 pesos al día (0,50 euros). Si como el esfuerzo compensa, a los 20 aῆos era ya abogada y trabajaba en la Contraloría del Estado de Jalisco. Había casi concluído una Maestría en Delito -Criminalista, y con una carrera por delante, decidió cambiar vida y convertirse en esposa, mamá y ama de casa, precisamente en Italia.
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“El 5 de diciembre del 2011 llegamos a Parma (Paola, su esposo italiano y la hija de ambos) y confieso que viví 3 aῆos de tristeza y nostalgia por mi familia y mis costumbres. Así empecé ha hacer dulces y el primero se me quemó, pero no me di por vencida”. Así recuerda Paola sus inicios en Italia y en sus seis aῆos como inmigrante, la jalisciense ha seguido un recorrido todo suyo.
De autodidacta pastelera pasó a ser una de las concursantes preferidas de Bake off Italia 2016. Dejó la pequeῆa hija a cargo de una amiga (puesto que su esposo viaja continuamente al exterior por trabajo) y con mente y corazón se dedicó a dejar en el paladar de los italianos (y no sólo) los gustos y aromas mexicanos.
No faltó la harina de maíz que incluyó en la pastafrola, los tacos con salsa mexicana (pico de gallo), la jericalla (budino), cortadillo (pan mexicano con glasa), en fin cada creación dulce o salado tenía la bandera mexicana en estilo gourmet.
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En la recta final del concurso, el “sol” Paola (como la definió el famoso pastelero Ernst Knam) fue eliminada, con el sonriso en el rostro y la satisfacción de haber mostrado al mundo parte de las excelencias mexicanas. A sus 33 años, la pastelera aficionada ahora inicia un nuevo proyecto de formación en el Cast Alimenti de Brescia para poder abrir su propio laboratorio de dulces, fiel a su estilo y con el sonriso (mexicano) en el rostro.
de Ángela Roig
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