El coronavirus paraliza el norte de Italia

El número de contagios supera ya los 150 en cinco regiones. Milán cierra escuelas, cines y teatros y Venecia cancela su carnaval por el virus. Comienza el aislamiento de 50.000 personas.

La solución pasa por el aislamiento, cerrar las puertas y ventanas del norte de todo un país. No hay, por ahora, otro camino: prevenir y localizar los focos de contagio. Italia extrema las medidas de seguridad para frenar la expansión del coronavirus, mientras los positivos en cinco regiones (Lombardía, Véneto, Emilia Romaña, Piamonte y Lazio) superan ya los 150. El virus ha golpeado a tres grandes ciudades —Turín, Milán y Venecia— que han tenido que suspender su vida normal cancelando la actividad escolar, cerrando bares, teatros, discotecas y anulando ferias o el carnaval más famoso del mundo. Hasta el momento se han hecho más de 3.000 análisis y 50.000 personas han sido confinadas en 11 municipios que se consideran los principales focos del contagio. Nadie tiene ni idea de cuánto tiempo durará esta suerte de estado de excepción.

El último balance cifra en 152 las personas contagiadas, contando los dos turistas chinos que siguen ingresados en un hospital de Roma y que contrajeron la enfermedad fuera de Italia. Además, este domingo falleció una mujer por el coronavirus en Cremona, en la región de Lombardía. Es la tercera víctima que se registra en el país. Se trata de una mujer anciana que se encontraba desde ya hace tiempo hospitalizada en el departamento de Oncología de Cremona y que había dado positivo al virus. Los otros dos fallecidos son un hombre de 78 años de Vo’ Euganeo, en la provincia de Padua (Véneto), y una mujer de 77 años que estuvo en Codogno, pero que falleció el 20 de febrero en su casa por complicaciones respiratorias, y que una prueba realizada tras su muerte ha confirmado que era positiva al virus.

El centro de Milán era este domingo una ciudad fantasma. El Duomo ha permanecido cerrado. El Teatro alla Scala ha anunciado que cancelaba sus funciones, empezando por el esperado recital del pianista Maurizio Pollini previsto para la noche del lunes y con las entradas agotadas desde hacía semanas. Los bares, pubs y discotecas echaron el cierre a las seis de la tarde. El alcalde de la ciudad (1,3 millones de habitantes), Giuseppe Sala, ha anunciado que la capital económica de Italia, el símbolo de la prosperidad del país, cerrará todas las escuelas, cines, museos y teatros la próxima semana. Sala fue el primero. Luego se sumaron a la iniciativa el resto de regiones afectadas y las otras dos capitales.

Venecia se vio también obligada a suspender los dos últimos días del Carnaval, que se cerraba el martes, después de que se registrarán dos positivos en la ciudad. En Lombardía, Véneto y Piamonte cerrarán todos los centros educativos, de infantil a la universidad. Y en las dos primeras se han prohibido todas las manifestaciones deportivas y culturales, cines y teatros.

Más allá del inicio de la dispersión, el Gobierno sigue sin encontrar el origen del contagio y al supuesto paciente cero, pero considera que hay dos focos claros: la provincia de Lodi y sus 10 municipios, y la localidad de Vo’ Euganeo, en Véneto. Ambas zonas están afectadas por el decreto ley que obliga sus ciudadanos a permanecer confinados sin poder entrar o salir de dichos territorios y a someterse a unas estrictas medidas de control y abastecimiento.

El Ejecutivo considera que, por ahora, es la única manera de frenar la epidemia, teniendo en cuenta que no cerrará el espacio aéreo ni suspenderá el tratado de Schengen. Eso, y los más de 3.000 test realizados. Hasta ahora se han hecho a individuos con contacto más o menos directo con infectados o personas que hubieran estado en China. Pero Lombardía y Véneto han empezado ya a practicarlos a pacientes con síntomas parecidos a los del coronavirus.

Este domingo se han cancelado cuatro partidos de la liga italiana de fútbol que se iban a celebrar en Milán, Atalanta, Turín y Verona (Inter-Sampdoria, Atalanta-Sassuolo, Torino-Parma y Verona-Cagliari). En Milán, que se encuentra en plena semana de la moda, el diseñador Giorgio Armani ha decidido celebrar a puerta cerrada, sin la presencia de público, los dos desfiles previstos para la tarde del domingo a causa del pánico desatado por el coronavirus. En un comunicado, la firma señaló que la medida pretendía “salvaguardar el bienestar de todos sus invitados”.

La propagación de la alarma y la elevada dramatización de la situación ha generado extrañas prohibiciones. Los alcaldes de Ischia, una de las islas frente a la ciudad de Nápoles, han firmado una ordenanza para impedir la entrada a turistas lombardos y vénetos. Una ironía atendiendo a las históricas prevenciones y bromas racistas y sanitarias que han soportado los napolitanos en el norte de Italia, que fue luego invalidada por el prefecto de Nápoles.

La prohibición estaba fundamentada en las últimas noticias aportadas por el presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana, que confirmó que los casos ascendían ya a 110 contagios en la región. Entre ellos, un joven de 17 años que reside en Valtellina, localidad alpina, pero que estudia en un instituto de Codogno, la localidad desde donde se cree comenzó el contagio. Fontana ha explicado que la región de Lombardía ha puesto a disposición dos centros para aislar en cuarentena a las personas afectadas, pero que están buscando otros lugares “porque el número será muy relevante”.