Centenares de miles de personas salieron este jueves a las calles de Santiago y de otras ciudades de Chile para exigir el término del sistema privado de pensiones, impuesto en 1981 por la dictadura de Augusto Pinochet.
En Santiago, según la policía, participaron unas 50,000 personas y más de 100,000 según los organizadores, que dijeron que en total la convocatoria sumó unas 750,000 personas a nivel nacional, a las que Luis Messina, dirigente de la Coordinadora “No+AFP”, convocante de la marcha, definió como “los indignados de Chile”.
La manifestación se desarrolló en Santiago a lo largo de la Alameda Bernardo O’Higgins, la principal avenida de la ciudad, y al igual que en todo el país fue pacífica, con la participación de familias completas y muchas personas mayores, que sufren directamente las bajas pensiones.
“¡No+AFP, por pensiones dignas Chile sale a la calle”, fue la consigna principal de la manifestación, convocada por varias organizaciones sociales que demandan la extinción del Sistema de Capitalización Individual, que entrega la administración de los fondos acumulados por los trabajadores a las privadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
En las pancartas y carteles que portaban los manifestantes se podían leer, entre otras, consignas, “No más AFP”, “Basta de abusos”, o “Exigimos pensiones dignas”.
También las leyendas hacían alusiones a las pensiones que cobran algunos altos cargos de instituciones como Gendarmería (Servicio de Prisiones), de hasta más de cinco millones de pesos (unos 7.600 dólares), equivalentes a cerca de 50 pensiones mínimas que cobran cientos de miles de chilenos.
Cuando en 1981 la dictadura de Pinochet impuso el sistema de AFP a los chilenos, mantuvo el antiguo sistema de reparto para las Fuerzas Armadas, Carabineros y otras instituciones afines, que disfrutan de altas pensiones.
En cambio, los cotizantes del sistema privado cobran pensiones en de entre un tercio y un 50 por ciento de los ingresos que recibían durante su vida laboral.
En promedio, según publicaciones recientes, el promedio de pensiones del sistema privado es de unos 312,000 pesos (unos 480 dólares), aunque cientos de miles de personas sólo reciben pensiones mínimas, la mitad de esa cifra.
Quienes defienden el sistema privado han propuesto ideas que sólo afectan a los trabajadores para mejorar las pensiones: aumentar la edad de retiro, que es de 60 años para las mujeres y 65 para los hombres o aumentar su cotización a las AFP (10 % del sueldo) mediante cuentas de ahorro voluntario en las mismas administradoras.
“Pagar las pensiones a señoras de 60 años en un acto galante que nos cuesta muy caro”, comentó hace poco Francisco Pérez Mackenna, presidente de la Asociación de AFP, al, defender la idea de aumentar la edad para jubilarse a las mujeres.
“Esto no puede continuar. sabemos que la clase política no va a hacer ninguna reforma previsional, el actual Gobierno tampoco”, comentó a los periodistas Esteban Maturana, presidente de la Confederación de Trabajadores de la Salud Municipalizada (Confusam).
“La presidenta (Michelle Bachelet) ha propuesto una estatal, eso es un engaño, una mentira, el problema de las pensiones se resuelve solamente con un sistema de reparto solidario y de administración pública”, añadió.
El pasado jueves, seis parlamentarios de la oficialista colación Nueva Mayoría presentaron un proyecto de ley de reforma constitucional que pone fin al sistema de AFP y lo reemplaza por un sistema público y solidario de cotización, con aportes no sólo de los trabajadores, sino también de sus empleadores y del Estado.