Latinoamérica tiene dos nuevos Santos

Ante más de 80 mil fieles, según datos de la Gendarmería Vaticana, Papa Francisco canonizó a siete nuevos santos el domingo 16 de octubre en la Plaza de San Pedro. En especial, saludó a los peregrinos procedentes de Argentina, España, Francia, Italia y México y los encomendó a los nuevos santos.

Vaticano.- El Santo Padre celebró la misa con el rito de la Canonización y rezó el Ángelus desde las escaleras de acceso a la Basílica de San Pedro una vez finalizada la Eucaristía en la que fueron proclamados 7 nuevos santos: José Sánchez del Río (México) , José Gabriel del Rosario Brochero (el Cura Brochero de Argentina), Mons. Manuel González García (España), Salomón Leclercq (Francia), Ludovico Pavoni (Italia), Alfonso María Fusco (Italia) y Elisabeth de la Trinidad (Francia).

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Cura Brochero / Argentina

Dos de los beatos son latinoamericanos, hoy santos, el Cura Brochero (Argentina) y Joselito, el niño mártir de Sahuayo, Michoacán (México). “Ellos han alcanzado la meta, han adquirido un corazón generoso y fiel, gracias a la oración: han orado con todas las fuerzas, han luchado y han vencido”, dijo el Papa.

En su homilía recordó además que: “los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos”.

El Papa pidió “que, con su ejemplo y su intercesión, Dios nos conceda también a nosotros ser hombres y mujeres de oración; hay que gritar día y noche a Dios, sin cansarnos” recomendó a todo los presentes.

Así mismo y durante el ofertorio, Xímena Guadalupe Magallon Gálvez, la niña que se curó por intercesión de San José Sánchez del Río (Joselíto), para quien “humanamente ya no había esperanza de vida”, fue el milagro que llevará al Vaticano a declarar santo al niño cristero, mártir de la persecución religiosa que sufrió México en la segunda década del siglo XX.


José Luis Sánchez del Río (Joselito) México
El beato José Luis Sánchez del Río fue torturado y asesinado a los 14 años durante la persecución religiosa del presidente mexicano Plutarco Elías Calles de 1924 a 1928. José Luis se había enlistado en las filas de los cristeros, al mando del general Prudencio Mendoza.

Fue capturado por el ejército federal y su martirio ocurrió el viernes 10 de febrero de 1928. Le cortaron la planta de los pies y fue conducido descalzo hasta su tumba. Mientras caminaba, José Luis rezaba y gritaba “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”.

Ante su tumba fue colgado en un árbol y acuchillado. Uno de los verdugos lo bajó y le preguntó qué mensaje le daba a sus padres. El niño

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José Luis Sánchez del Río / México

respondió: “Que Viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos”. Ante esta respuesta, el hombre le dio un tiro en la sien y lo mató.

Ximena entregó al Papa una de las ofrendas para el altar. Acudió acompañada por su mamá Paulina, su abuelita y una religiosa de Sahuayo que trabaja en el Pontíficio Colegio mexicano. El relicario con un pedacito de la clavícula del santo fue llevado por un muchacho de Sahuayo de 15 años, Jesús Eduardo Gálvez y por Mauricio Kuri el actor que interpretó a Joselito en la película La Cristiada. La niña Ximena fue abrazada por su Santidad y durante la ceremonia el papa se quitó su solideo y pidió que se lo llevaran a Ximena. Su mamá Paulina en su encuentro con Papa Francisco,  le pidió que rezara por la paz, sobre todo la de México y especialmente Michoacán.

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Terminada la Ceremonia, pudimos encontrar a la niña del milagro, Ximena quien nos comentó que fue emocionante poder participar a la Santificación de quien intercedió por ella. Con signos de cansancio abandonaba los muros del Vaticano con su familia, fue larga la ceremonia para Ximena, que a cada paso venia bloqueada por la gente que la reconocía y deseaban tan solo tocarla, hablarle o hacerle una foto. Ximena hoy es una linda nena, que “goza de una óptima salud”, nos comenta su madre. Las más conmovidas seguramente eran la mamá y su abuelita Rocío que vieron practicamente morir a Ximena que tras invocar la intercesión del niño mártir salió del coma sin consecuencias de la muerte cerebral que había tenido.

Fueron 400 sacerdotes los que distribuyeron la comunión en la plaza, 200 de ellos eran mexicanos. Si bien los fieles mexicanos fueron unos dos mil, la canción que más se escuchó en la plaza fue La Guadalupana unas de las preferidas del Papa.

Al terminar la ceremonia, aunque no era previsto la salida del Papa en el auto papal, su Santidad Papa Francisco recorrió rápidamente las inmediaciones saludando a todo los fieles presentes y realizó algunas paradas frente a delegaciones numerosas, muchas de las cuales llegaban de otras ciudades y países.

de Elsy Aparicio
Fotos/Video: Elsy Aparicio
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